Una imagen vale más que mil palabras. Y una tarjeta de visita se enrolla que da gusto.
Cuando dos desconocidos se presentan por razones de trabajo, primero se dan la mano y luego la tarjeta de visita. La esencia de esa reunión, de ese primer contacto queda en el recuerdo y en esa tarjetita. Y se revivirá cuando quieran ponerse en contacto.
Es muy importante que el diseño se ajuste a la impresión que queremos transmitir.
En TIK le dimos muchas, muchas vueltas a nuestras tarjetas de visita… y después de rompernos la cabeza pensando en formatos, colores, impresiones… hemos dado con una fórmula que nos encanta.

Se trata de unas tarjetas, que al darlas ya desprenden la esencia TIK: Kraft, Kreative, reciKling…
El soporte: el cartón.
La imagen: el sello de nuestro logo más TIK.
El proceso: artesanal y con mimo (¿como no?)
Y ahora, recién salidas del horno, ahí van imágenes del proceso y de cómo han quedado. ¿Qué os parecen?