¡¡Queremos ser madres ya!! Bueno… ya, ya… aún no… pero es que últimamente no paramos de ver cosas para niños que nos chiflan!! Nos encantaría lanzarnos a comprarlas o a hacer fantásTIKos DIY para la habitación de los peques, pero como no tenemos ninguno… de momento nos conformamos apuntándolas en nuestra wishlist por si algún día se nos presenta la ocasión…
Y es que el otro día, navegando por la red (oye, qué profesional!), nos encontramos con un DIY muuuuuy especial…
A todos de pequeños nos encantaba que se nos cayesen los dientes… enseguida que uno empezaba a moverse no parabas de tocártelo para intentar que cayera más rápido… y es que ¡¡¡qué ilusión y qué nervios a la vez irte a la cama y poner el diente debajo de la almohada esperando que al día siguiente hubiese en su lugar una sorpresita de parte del más famoso y entrañable de los ratones!!!
Pero a veces te preguntabas… ¿pero por donde entra a mi casa el ratoncito Pérez? Y aunque enseguida dejabas de darle vueltas por si acaso “se me acaba el chollo…”, y la ilusión te podía más que otra cosa, ¿qué os hubiese parecido tener en vuestro mismísimo cuarto una puertecita de lo más mona, a la medida del Sr. Pérez?
Pues en el blog de Kate’s Creative Space hemos encontrado una idea que nos ha parecido genial desde el primer momento en que la vimos!
La gracia está en coger una puertecita de alguna casita de muñecas, si no tenéis ninguna, ya que no es lo más habitual de tener en casa, en cualquier tienda especializada en este tema lo podréis encontrar, y ponerla en el zócalo de la habitación del peque de la casa.
Además puedes poner mini-complementos, como el pomo, el picaporte, el número de la casa,… que irán haciendo que la puerta cada vez queda más y más chula!
Una vez lo tengáis todo, decorarla está en vuestras manos, la podéis pintar del color que más os guste, y hasta podéis fabricarle algunos complementos más, pero esto ya lo dejamos a vuestra imaginación!
Una vez terminada la podéis colocar en cualquier rincón, pegándola con cinta de doble cara en la pared, y si algún día os cansáis de ella (que lo dudamos…), no hay más que despegarla!
¿Qué os ha parecido? ¿Os animáis a fabricar la vuestra?
